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Cómo conseguir un buen contrato (o, al menos, decente) de prácticas


Ya sea gracias a un convenio con la universidad o buscadas por cuenta propia, las prácticas son una parte importante de la formación de los estudiantes. Dado el amplio espectro de ofertas existente, y lo mucho que distan unas de otras, es mejor que el becario potencial sepa a qué atenerse para conseguir las que le resulten más útiles.

Optar a un contrato de prácticas es, muchas veces, un proceso influenciado por la experiencia de los allegados al interesado, sobre todo compañeros de universidad mayores o más precoces. En cambio, existe una serie de pautas que ayudarán al estudiante no solo a conseguir un contrato de prácticas que pueda servirle a futuro- como experiencia curricular o proceso de aprendizaje- sino también en el presente, evitando que se sienta uno de los llamados "becarios precarios".

A continuación, se recoge una serie de consejos basados en mi propia experiencia. Esto es lo que le diría a mi yo del pasado que buscó prácticas por primera vez:

¿Sabes qué tipo de prácticas quieres?

En cada Licenciatura, Diplomatura o Grado existen diferentes ramas, así que a la hora de buscar una beca de prácticas es buena idea saber hacia dónde querrás orientar tu carrera laboral, porque esta experiencia contará en tu currículum y puede abrirte muchas puertas.

Lo mejor es tener varias opciones y no guiarse únicamente por la vocación. La preferencia personal es importante, pero no lo son menos las salidas que puedas conseguir con lo que elijas o tener un plan B por si el A falla.

¿Qué sabes hacer? ¡Aprende y véndete!


Las asignaturas troncales y obligatorias no siempre enseñan los conocimientos necesarios para desempeñar un puesto de trabajo concreto. Por eso, es recomendable elegir optativas y asignaturas de libre afines al rumbo laboral que deseas tomar (por tentador que sea elegir aquellas que se comenta que es más fácil aprobar).

Además, la formación no termina en la facultad. Los idiomas son un plus que siempre es bienvenido, así como otras habilidades que sin parecer demasiado relevantes en un principio pueden resultar determinantes, siempre que tengan relación con el puesto, entre dos candidatos con perfiles parecidos.

No mientas, pero tampoco peques de modestia. Cuando sabes hacer algo, sabes hacerlo y puedes demostrarlo aunque no haya un título oficial que lo acredite. Si en una empresa consideran imprescindible un requisito concreto, en la entrevista te preguntarán por ello y comprobarán si lo dominas o no.

Exige unos mínimos y no tengas miedo a decir que no


Los beneficios de unas prácticas no se miden únicamente por la remuneración económica. Hay otros que, aunque sean intangibles - como la experiencia, el prestigio de la empresa, las posibilidades futuras de contratación, el horario, el ambiente de trabajo o el aprendizaje-, también conviene que tengas en cuenta. ¡Hasta la localización de la empresa importa!

Desde el lado puramente materialista: ¿son mejores unas prácticas de 20 horas semanales por 300 euros o unas de 35 por 350? Sí, a la hora de cobrar es mejor tener 50 euros más en la cuenta, pero te han costado 15 horas de trabajo extra a la semana. Eso sin contar el tiempo que tardas en ir y venir cada día. Antes de ofrecer tu candidatura a unas prácticas, fíjate en dónde está la sede de la empresa. Si tardas una hora en llegar y otra para volver a casa estas se sumarán al tiempo que te ocupan y del que, quizás, no dispongas. Piénsalo bien.

Más allá de eso, sobre todo si tienes el privilegio de que el dinero sea un tema secundario para ti, piensa en si las prácticas te servirán de algo. Algunas empresas ofrecen becas sin remunerar o con "ayuda al transporte" (vaya, que te compran el abono todos los meses) como única compensación. Prestarse a algo así solo tiene sentido en caso de que: tengas una oportunidad real - no promesas que se lleve el viento y le han hecho a los cien que estuvieron antes que tú- de una contratación futura, que sepas que allí vas a aprender algo que te servirá a posteriori o que te aporte una experiencia que vendrá bien a tu currículum, ya sea porque es la rama hacia la que quieres orientar tu carrera o por el prestigio que pueda tener la empresa.

Como dice mi señora madre: "sobra donde matar el cuerpo y exprimir la cabeza con esas condiciones". Confía en tu intuición, compara lo que te exigen con lo que te ofrecen y no aceptes unas prácticas solo porque no tienes nada mejor.

Hay prácticas más allá de la bolsa de la universidad


El método por antonomasia de obtener unas prácticas es apuntarse a la bolsa de becas que ofrecen las universidades, donde el organismo se encarga de hacer llegar los CVs a las empresas interesadas o se publican ofertas para que el estudiante pueda apuntarse. Sin embargo, muchas veces se exige tener ya superados un número de créditos mínimo para poder acceder a esta bolsa de empleo y, al menos en el COIE de la UCM, no es posible realizar más de unas prácticas a la vez. En cambio, legalmente un estudiante puede estar becado en tantas empresas como quiera y estas no tienen que tener, obligatoriamente, un convenio con la universidad.

Por supuesto, apuntarse a la bolsa de prácticas de la universidad es un método muy bueno para encontrar ofertas y oportunidades, pero si tienes interés en alguna empresa concreta no dudes en hacerles llegar tu CV, indicando en el mismo que te interesa el puesto de becario (si lo pones solo en el e-mail o no lo especificas, esa información puede traspapelarse y tú ser descartado porque acabas en un montón de CVs para un puesto para el que no estás cualificado) y si es posible o no un convenio con tu universidad. Este último dato es considerado un requisito indispensable por muchas empresas.


¿Empresa grande o empresa pequeña?


Por mi experiencia y las de mis conocidos (no solo en cuanto a Periodismo se refiere), en este aspecto suele cumplirse una constante. Las empresas de tamaño reducido son mejores para aprender y tocar varios palos. Al tener menos empleados, en las pequeñas empresas la plantilla suele ser multitarea, desempeñar varias funciones y, como becario, te permitirán incidir en diversas áreas. Normalmente, la plantilla suele tener también una relación más estrecha con los estudiantes que realizan allí las prácticas al haber un menor número de estos. Las empresas grandessuelen gozar de mayor prestigio, lo que aporta una experiencia curricular más relevante (o impactante a primera vista) y ayuda a la especialización.

En un periódico provincial, por ejemplo, el becario tendrá que escribir para más secciones, según sea necesario, que en uno de gran tirada nacional, donde cada departamento tiene varios becarios asignados solo a su sección.

Además, si conoces a alguien que trabaja o está como becario en una empresa donde te interesa hacer prácticas, pídele que entregue en mano tu CV o que te consiga el correo del responsable de RRHH. Suena tópico, pero llegar por estos canales, de la mano de alguien que ya está allí, multiplica tus posibilidades de éxito respecto a enviar tus credenciales por el medio que emplean todos los demás, por ejemplo, usando el e-mail que aparece en la web de la empresa para tal fin.

Tienes derechos, a parte de desventajas


Hay muchas cosas que se suponen sobre un becario y, sin embargo, no se cumplen. El becario que se dedica a servir cafés ha quedado atrás y, actualmente, es más factible que rinda casi como un trabajador contratado como tal. En cambio, ya que tu remuneración será menor y la beca es un complemento de tus estudios, recuerda que:

  • Puedes pedir libres los días que tengas examen, tengas o no convenio con la universidad, pues este tipo de contratos nunca pueden suponer un impedimento para tus estudios.
  • La remuneración económica, llamada "ayuda al estudio", que se ofrece no computa igual que un salario. No pueden reducirla si faltas algún día, por ejemplo, en el caso del punto anterior, por una gripe o porque ese mes haya días festivos. En cambio, ten en cuenta que faltar sistemáticamente y porque sí es un motivo para rescindir el contrato o no renovártelo.
  • "Estás aprendiendo", es por lo que se supone que tienes unas condiciones económicas peores que un trabajador normal y por lo que, supuestamente, también tienes que tener a alguien que te tutele. Esto significa que si metes la pata en un aspecto laboral no es tu responsabilidad, sino la de tu tutor. Tampoco estás obligado a asumir responsabilidades que no van en el contrato.
  • No estás obligado a hacer horas extra (de hecho, se supone que no puedes hacerlas)
  • No tienes derecho a vacaciones remuneradas. En cambio, muchas veces, tener una relación fluida con los trabajadores que están inmediatamente por encima de ti puede ayudar a que te den algún día libre de más- doy fe (ellos también habrán sido becarios y saben lo que es)-.
En resumen: decide lo que quieres, aprende lo que te hace falta para ello, busca ofertas que te convenzan, compara los términos y condiciones, piensa en el futuro y no te precipites.
Pilar C. Sánchez

Pilar C. Sánchez

Escritora por hábito y por vicio, lectora por extensión. Escéptica, anarcocap, dice un título de la UCM que periodista. Con tendencia al caos (ordenado), gusto por las cosas raras y el frikerío en general. Cactus y escorpión, pero se me acaba cogiendo cariño.

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