Hasta las narices ya... Así que esta mañana he ido a mi sastre de siempre a que me hiciera una túnica a medida. Mi idea principal era que fuera negra, pero claro, resulta que esta temporada se lleva más el ceniza y me he dejado convencer. Mañana estará lista. Varios billetes me ha costado la urgencia.
Luego fui a una tienda de instrumentos donde he pasado más tiempo del que tenía planeado. Tanto instrumento de viento tan sofisticado, tan brillante... Destinado a exibirse y ser admirado, no a ser respetado. Tantos botones, tantos tipos, tantos tamaños... Al final me he decidido por una corneta muy antigua, que ya casi ha perdido su brillo pero que servirá para mi menester perfectamente. Una cosa menos.
Por último, antes de volver a casa, fui a las cuadras de un amigo para que me dejara un caballo para mañana. De esto surgió otro dilema, pues los caballos negros y blancos están muy vistos, pero a ver donde encuentro uno verde o amarillo... Al final me he decidido por uno marrón que intentaré colar por rojo, esperemos que valga.
Sentado ya al lado de la chimenea, piqué mi guadaña y la limpié... Espero que no quede demasiado peliculero, ahora ya no se respeta nada. Cené austeramente y me acostaré en breves. Mañana, a lo más tardar en un par de días, desataré el Apocalipsis. Yo sólo, no me hace falta nadie más.
Simplemente queda esperar.
PCS box
.:: Relatos de la Bohemia Urbana::.
apocalipsis
bohemia urbana
Literatura
Relato
.:: Horse Rider ::.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me ha hecho sonreir ¿el Apocalipsis nada menos?¿sin ayuda?...
ResponderEliminar