preguntándome si lo sabe, pero no encuentro nada. Lo sé desde la primera vez que me habló de él, pero es como si ella no se diera cuenta. Sus ojos están vacíos, no hay luz tras el abismo verde. Pero no me rindo.
He asumido que nunca llegaré a ser más que el chico al que llama cuando le apetece que alguien la mime y la cuide, lo que nunca fue muy a menudo y cada vez tarda más en hacer. A lo mejor se está recuperando, y un día me borrará con un solo click de su agenda y de su vida. Pero no me rindo, lucho por que me quiera como lo quiso a él y demostrarle que no le voy a hacer el mismo daño. Ella no se da cuenta.
Sus ojos vacíos están convencidos de que ya no lo aman y de que yo solo soy un amigo. Aún lo quiere y yo, peleo cada día por ser ese amigo, pero me veo relegado a ser un perro abandonado que espera una caricia de vez en cuando.
Él nunca sabrá el daño que realmente causó. Ella nunca aceptará que realmente lo quiere. Y yó seguiré chocando, al amanecer, con el vacío de sus ojos.

A menudo te descubro adentrándote en mis ojos. Parece que el vacío te da miedo, pero cada día te adentras un poquito más, intentando encontrar algo, algo que no está.
No me atrevo a decirtelo, pero gracias. Gracias por aparecer y sacarme de un abismo en el que estaba perdida. Gracias por ser brújula, norte, tecnica, pintura y lienzo. Pero conmigo, pierdes el tiempo. Ya lo he conseguido.
Lo logré, pero no me felicites, pues no estoy orgullosa. He logrado congelar el sentimiento para luego extirparlo, para no volver a exponerme y nunca mostrar de nuevo un punto débil. Cada vez te llamo menos porque cada vez es más dificil controlar los brotes, y tu mereces más que un sucedaneo, que lo que yo te pueda ofrecer.
Volveré a perderme en tus iris azules, pero no quiero adentrarme en el vacío de tus pupilas, me da miedo encontrar lo mismo que me he esforzado tanto en controlar.
Y aunque no sea suficiente, y nunca llegues a oirlo, te quiero. Ya esta dicho y sabes que no me gusta repetir las cosas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario