Desquiciado, bajo las escaleras hasta la bodega y me siento en la mesa al lado de la ventana. Enciendo un Marlboro y el sol me ciega. Concentro entonces mi atención en el humo, sus lĆneas trazan dibujos efĆmeros en el aire, juntĆ”ndose con las motas de polvo... arte que tĆŗ me enseƱaste a ver.
Observo un hueco entre las botellas apiladas, te has llevado tres Oportos que reservaba, sabiendo que era tu vino favorito, para algĆŗn dĆa especial. ¿QuĆ© tópico, verdad? Especial... DĆa especial es hoy, que te has ido, porque se me antoja simple lo que contigo a mi lado era incapaz de ver.
Una nube cubre el sol, gotas cristalinas repiquetean sobre la superficie del Sena. Apago el cigarrillo en el quicio de la ventana, aqui abajo hace frio. Lleno una copa de vino de Anjou, mi padre se volverĆ” loco cuando lo sepa pero ya no importa.
Enciendo otro cigarrillo, alzo la copa hacia la ventana y sonrĆo.
Espero que seas feliz, Milady, allƔ donde estƩs.

Pilar C. SƔnchez
Escritora por hĆ”bito y por vicio, lectora por extensión. EscĆ©ptica, anarcocap, dice un tĆtulo de la UCM que periodista. Con tendencia al caos (ordenado), gusto por las cosas raras y el frikerĆo en general. Cactus y escorpión, pero se me acaba cogiendo cariƱo.
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