Quedaron el catorce de febrero, para apagar las brasas que quedaban encendidas de su relación, dos años después de que todo se incendiara. Las pertenencias de uno y otro guardadas en sendas cajas. En la que había preparado él un paquete de Tampax, un peluche viejo y remendado, un marco de los Simpson, un mechero y alguna ropa femenina. En la que había traído ella: algunos dibujos, dos rosas secas, un walki-talkie, tres sudaderas, un cinturón y siete comics. Tras un último retozón amistoso, estirados entre sábanas revueltas, ella le preguntó:
- Si pudieras elegir un superpoder ¿Cuál sería?
- Volar, supongo- ella reprime una carcajada- ¿Qué pasa?
- Es el que te pega, muy romántico pero inútil.
- ¿Cuál elegirías tú? Déjame adivinar... manipular la mente.
- No, la vida carecería de emoción.
- ¿Regenerarte?
- Interesante, pero tampoco. Eso solo vale para la defensa, pero te deja sin ataque.
- Telekinesia.
- Solo lo veo útil para que los platos se laven solos.
- ¿Cambiar el continuo espacio-tiempo?
- Soy poco dada a arrepentirme de las cosas, además, a los héroes con ese poder no paran de pedirles que no alteren el pasado, así que sería un poco cutre.
- Me está diciendo que.. ¿No querrías ningún poder si te lo ofrecieran?
- Me bastaría con seguir siendo la compañera de faenas de algún héroe... volador.
.:: 14/02 ::.
Wuao! genial! :D
ResponderEliminarUna declaración de amor de las de verdad. Me ha gustado mucho como has definido en pocas lineas la personalidad de los personajes a través del dialogo y aludiendo a sus pertenencias.
ResponderEliminarUn saludo,