Cuando se despertó, ella ya ojeaba el periódico en la cocina. Arrastrando los pies, se preparó un vaso de zumo natural y tras bebérselo de un trago ella lo miró, sonriente.
- Buenos días... - cada mañana, al verla, aún se sentía tímido.
- Hola... - se besaron sin prisa-. Ya han salido las imágenes de la película. Al final las caracterizaciones no han quedado tan mal- le mostró el periódico-. Casi me alegro de que, al final, no te eligieran. No sé si podría soportar a las legiones de fans ante la puerta todo el día.
- Ya ves- contestó mientras preparaba un café-. Además, tampoco creo que le fuera bien a mi carrera, ya ves... Pasar de hacer papeles más serios y volver a las pelis para crías... no sé yo.
- Lo más curioso- ella sostenía una tostada en la mano con precario equilibrio- es que la autora me debe un favor personal. Si hubiera movido hilos te habrían dado el papel. Y las hordas de fans serían felices. No sabes la que armaron en los foros cuando dijeron que no ibas a ser tú.
- ¿Qué tipo de favor?
- Bueno... - seguía ojeando el periódico- Escribí un artículo que hubiera dejado su trilogía a la altura del betún. Cosas que están de moda: misoginia, valores retrógados... Ya sabes que nunca me gustó. Pero al final, al hablar con ella me pareció una buena persona y le hice el favor de no publicarlo.
-¿Cómo?
- Vamos, cariño- ni se inmutaba-. Además de escritora soy periodista, y se me da bien remover la mierda.
- ¿Y por qué no me lo habías dicho antes?
- Sé que no eres de esos que por falta de luces busca enchufes.
.:: Influencias ::.
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