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Smartphones: Cuando la falta de innovación se pierde en los detalles

Pocas veces los estrenos de nuevos terminales presentados por los fabricantes han sido tantos como en los últimos meses. En cambio, parece que los smartphones se encuentran en una etapa donde las novedades se centran más en nimiedades que en innovación tecnológica propiamente dicha.


Los smartphones han entrado en una etapa en la que evolucionan aquellas características con las que ya cuentan. Teléfonos móviles más rápidos, más finos, con mayores pantallas de más resolución, en más colores, con mejores cámaras que incluyen zoom, con asistentes virtuales más solventes a la hora de ‘escuchar’ al usuario, sensibilidad táctil que responde incluso con guantes o resistentes al agua y al polvo.

La resistencia al agua- y la mayoría de estos detalles mejorados- no está de más, pero no es imprescindible ni una motivación definitiva para que el usuario cambie de terminal. Como tampoco lo es que a un smartphone último modelo, como lo es el Samsung Galaxy S4, se le añada una cámara con objetivo. La tendencia es que los smartphones evolucionan hacia pantallas más grandes en detrimento del grosor y pesa. Y un objetivo fotográfico... ¿es necesario? ¿es útil más allá de casos anecdóticos?

Las cámaras de los teléfonos móviles son, normalmente, uno de los detalles recurrentes a ensalzar por los fabricantes en los nuevos terminales. Lo que muchos de ellos se abstienen de comentar es que más megapíxeles significan necesariamente una mejor cámara, tejiendo una trampa en la que muchos caen. De hecho, el uso de la cámara del teléfono suele emplearse con fines privados. Grabar los primeros pasos de un hijo, sacar una interminable serie de fotos turísticas... “para inmortalizar el momento” que se dice.

En la era digital, la mayoría de esas fotografías ya no se imprimen, si no que se comparten vía e-mail o redes sociales o se almacenan. Y para ello, muchos reducen el tamaño de la imagen. Por lo tanto, aunque hayan utilizado los 5 megapíxeles que les ofrece la cámara de su smartphone para tomar la instantánea, guardan fotografías que también habrían sacado con una cámara de 3 o 2 megapíxeles. ¿Y los amantes de la fotografía? Los verdaderos amantes de la fotografía no tardarían ni un segundo en descartar el smartphone con mejor cámara del mercado por una réflex normalita.

El caso de las cámaras es extrapolable a casi todos estos detalles evolucionados que, los fabricantes tratan de colar a los consumidores como innovación. “Nuestro nuevo teléfono es más rápido”, dicen a carrillos llenos. Vale ¿quién no espera eso de un nuevo iPhone o Galaxy? ¿Quién no se sentiría decepcionado si cámara, pantalla, duración de la batería, asistente virtual y otras características ya consideradas básicas en un smartphone no se mejorasen en el siguiente modelo?
Los fabricantes se están quedando sin ideas, o eso parece, en un mercado cada vez más competitivo donde la ventaja de las dos marcas reinas- Samsung y Apple- parece cada vez menos distante de otras firmas tecnológicas como Sony o HTC. Y todo ello, sin que un fabricante se desbanque y logre dejar a los espectadores con la boca abierta y hacer que salgan corriendo a la tienda para comprar su nuevo modelo de smartphone.
Pilar C. Sánchez

Pilar C. Sánchez

Escritora por hábito y por vicio, lectora por extensión. Escéptica, anarcocap, dice un título de la UCM que periodista. Con tendencia al caos (ordenado), gusto por las cosas raras y el frikerío en general. Cactus y escorpión, pero se me acaba cogiendo cariño.

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