Las teleoperadoras europeas trasladan la competición a casa mientras las americanas no quitan los ojos del Viejo Continente, dejando a las asiáticas dominar Oriente.
El mercado de la telefonía se ha globalizado de tal modo que solo existe una opción para que las mayores compañías mantengan el protagonismo: tender a la expansión.
El último tramo del verano de 2013 ha sido especialmente activo en el baile de las teleoperadoras. En Europa, históricamente han existido gran cantidad de operadores de telefonía, inicialmente segmentados por países que han ido acercándose al modelo estadounidense, donde son los teleoperadores masivoslos que se han hecho con el control. Las recientes batallas por el reparto del Viejo Continente muestran que las teleoperadoras de la región tratan de afianzar posiciones en su territorio original, ese que las americanas parecen haberse marcado por objetivo.
Telefónica lanzó en julio una oferta de 8.340 millones de euros por E-Plus para conseguir la hegemonía del amplio y dinámico mercado de telefonía alemán, donde ya tenía presencia con su filial O2. La teleoperadora objeto de deseo pertenece a la holandesa KNP, un tercio de la cual está controlada por Carlos Slim, dueño de la archienemiga de la española en Latinoamérica: América Móvil.
En Iberoamérica, América Móvil y Telefónica se disputan ensañadamente a los clientes siendo las dos teleoperadoras más relevantes. En cambio, la guerra entre ambas también ha tenido sus episodios en Europa. En 2007, Slim trató de atravesar el Atlántico buscando una participación en Telecom Italia. Fue el Gobierno romano quien, entonces, pidió clemencia a Telefónica. La española, aliándose con varios bancos italianos, acudió al rescate para frenar a Slim, obteniendo a mayores acceso a los activos brasileños de la teleoperadora italiana.
Por eso, tras la oferta por E-Plus, América Móvil reaccionó en agosto anunciando una generosa OPA con prima del 20% por el total de KNP para septiembre. Dado el interés de América Móvil en Europa, fue toda una oposición a la adquisición de E-Plus, la joya de la corona, por Telefónica. La teleoperadora de Slim tiene una alianza comercial con AT&T, el segundo en EEUU que controla un 9% de América Móvil y que hizo una oferta por el 30% de Telefónica que Moncloa consideró “no bienvenida”, así como por diversos activos de la española tales como O2 o algunos negocios en latinoamérica que tampoco han llegado a buen puerto.
Finalmente, tras las pegas que sacó a la oferta de 7,200 millones de Slim por KNP una fundación del grupo, el magnate mexicano amagó con retirar la OPA. Simultáneamente, Telefónica anunció que había obtenido un “compromiso irrevocable” por parte de América Móvil, que apoyará la adquisición de E-Plus en la reunión prevista para el 2 de octubre en la que presumiblemente, y con el apoyo de América Móvil, se aprobará en junta de accionistas de la holandesa.
Tras este culebrón, Telefónica se alzará como segundo teleoperador europeo y líder por número de conexiones en Alemania, como ya lo era en Brasil y España. Pero el primero de la lista en el Viejo Continente, la británica Vodafone, no se ha limitado a mirar.
En el 2000, Vodafone puso en marcha una joint venture en EEUU con Verizon Communications, bautizada como Verizon Wireless y cuya posesión se repartieron al 45%, 55% respectivamente. En 2013, Verizon Wireless ya es la teleoperadora inalámbrica líder en EEUU, y Vodafone ha podido vender a su partner en norteamérica su parte de la teleoperadora por la tercera mayor suma de la historia del segmento: 98.600 millones de euros. En el pago se incluye la participación del 23,1% de la americana en Vodafone Omnitel, la filial de la británica en Italia.
Las teleoperadoras europeas optan por enfrentarse en casa y su en su expansión tratan de mantener alejadas del terreno a las telecos americanas. Estas últimas no cesan en su empeño de intentar asediar el Viejo Continente sin renunciar a su posición dominante en su región natal. Todo ello, sin que las teleoperadoras asiáticas, con China Mobile a la cabeza como la primera del mundo, se mantienen entretenidas con el impresionante crecimiento de su mercado autóctono sin prestar, por el momento, demasiada atención a occidente. En cambio, el segmento de las telecomunicaciones se dirige inexorablemente hacia una globalización total, y nadie quiere renunciar a estar en el reparto.
Por eso, tras la oferta por E-Plus, América Móvil reaccionó en agosto anunciando una generosa OPA con prima del 20% por el total de KNP para septiembre. Dado el interés de América Móvil en Europa, fue toda una oposición a la adquisición de E-Plus, la joya de la corona, por Telefónica. La teleoperadora de Slim tiene una alianza comercial con AT&T, el segundo en EEUU que controla un 9% de América Móvil y que hizo una oferta por el 30% de Telefónica que Moncloa consideró “no bienvenida”, así como por diversos activos de la española tales como O2 o algunos negocios en latinoamérica que tampoco han llegado a buen puerto.
Finalmente, tras las pegas que sacó a la oferta de 7,200 millones de Slim por KNP una fundación del grupo, el magnate mexicano amagó con retirar la OPA. Simultáneamente, Telefónica anunció que había obtenido un “compromiso irrevocable” por parte de América Móvil, que apoyará la adquisición de E-Plus en la reunión prevista para el 2 de octubre en la que presumiblemente, y con el apoyo de América Móvil, se aprobará en junta de accionistas de la holandesa.
Tras este culebrón, Telefónica se alzará como segundo teleoperador europeo y líder por número de conexiones en Alemania, como ya lo era en Brasil y España. Pero el primero de la lista en el Viejo Continente, la británica Vodafone, no se ha limitado a mirar.
En el 2000, Vodafone puso en marcha una joint venture en EEUU con Verizon Communications, bautizada como Verizon Wireless y cuya posesión se repartieron al 45%, 55% respectivamente. En 2013, Verizon Wireless ya es la teleoperadora inalámbrica líder en EEUU, y Vodafone ha podido vender a su partner en norteamérica su parte de la teleoperadora por la tercera mayor suma de la historia del segmento: 98.600 millones de euros. En el pago se incluye la participación del 23,1% de la americana en Vodafone Omnitel, la filial de la británica en Italia.
Las teleoperadoras europeas optan por enfrentarse en casa y su en su expansión tratan de mantener alejadas del terreno a las telecos americanas. Estas últimas no cesan en su empeño de intentar asediar el Viejo Continente sin renunciar a su posición dominante en su región natal. Todo ello, sin que las teleoperadoras asiáticas, con China Mobile a la cabeza como la primera del mundo, se mantienen entretenidas con el impresionante crecimiento de su mercado autóctono sin prestar, por el momento, demasiada atención a occidente. En cambio, el segmento de las telecomunicaciones se dirige inexorablemente hacia una globalización total, y nadie quiere renunciar a estar en el reparto.
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