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Bitcoins |
Criptoanarquistas, asesinos y bitcoins son los tres ingredientes con los que el creador de una web con recompensas por el asesinato de políticos busca cambiar el mundo.
A medida que las monedas digitales Bitcoins se hacen más populares como medio de pago, la criptodivisa empieza a servir para comprar de todo: desde calcetines a sushi o heroína. Si un anarquista logra su propósito, pronto servirá también para hacer un botín conjunto como recompensa para asesinatos.
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Sanjuro, personaje de la película Yojimbo (Akira Kurosawa, 1961) |
Por ahora, las recompensas que ofrece esta web son pequeñas, pero no insignificantes. En los cuatro meses que Assassinations Market lleva online, seis objetivos han sido enviados por los usuarios y las recompensas van desde las diez bitcoins por la cabeza del director de la NSA, Keith Alexander, a 40 bitcoins por la de Barack Obama. La mayor recompensa que se ofrece en esta web es la que pone precio a la cabeza del presidente de la Reserva Federal (FED) y enemigo número uno de las Bitcoins: Ben Bernanke. Por su muerte se ofrecen 124,14 bitcoins. Con la tasa actual de intercambio de la Bitcoin, eso supone más de 55.000 euros por el asesinato del presidente de la FED.
La ambiciones de Sanjuro van más allá de recaudar fondos para sacar del mapa a unos cuantos políticos. Según confesó a Forbes, está convencido de que si Assassination Market puede sobrevivir e incrementar su número de usuarios, con el tiempo será el responsable de tantos asesinatos de políticos que nadie se atreverá a ocupar el cargo. Dijo a la publicación financiera que el fin último de Assassination Market es destruir “todos los gobiernos de todo el mundo”.
“Creo que cambiará el mundo para mejor”, le indicó al colaborador de Forbes Andy Greenberg por e-mail. Sanjuro comparte nombre con el samurai sin nombre protagonista de la película del director japonés Akira Kurosawa, ‘Yojimbo’, y afirma que lo eligió como homenaje al creador del mercado negro online Silk Road, que se hacía llamar Dread Pirate Roberts (Temible Pirata Roberts) así como al creador de las Bitcoins, Satoshi Nakamoto. “Gracias a este sistema, un mundo sin guerras, sin vigilancia panóptica, armas nucleares, ejércitos, represión, manipulación del dinero y límites para el comercio está a nuestro alcance por solo unas cuantas bitcoins por persona. También creo que tan pronto como unos cuantos políticos sean eliminados y se den cuenta de que han perdido la guerra de la privacidad, los asesinatos podrán parar y se producirá la transición a una fase de paz, privacidad y laissez-faire”.
Greenberg asegura que se puso en contacto con los Servicios Secretos y el FBI para preguntar si estaban investigando Assassination Market, y ambos rehusaron pronunciarse.
Al igual que otras páginas consideradas del lado oscuro de la web, Assassination Market funciona gracias a la red anónima Tor, diseñada para prevenir que se pueda identificar a los usuarios de esta web o al propio Sanjuro. La decisión de Sanjuro de aceptar únicamente Bitcoins está enfocada también a proteger a los usuarios, a Sanjuro y a cualquier asesino potencial de ser identificados por sus transacciones financieras. Después de todo, las Bitcoins pueden enviarse y recibirse sin que ninguna entidad tenga que tener constancia. En las instrucciones para usuarios de la web, Sanjuro sugiere pasar los fondos por un servicio de “lavado” para asegurarse de que las monedas son totalmente anónimas antes de contribuir para aumentar la recompensa por un cargo político.
Asimismo, para probar que un asesino es responsable de la muerte de uno de los objetivos, Assassination Market pide a los asesinos que creen un archivo de texto con la fecha de la muerte antes de tiempo, y que empleen una función de cifrado conocida como hash (lío), para convertirlo en una única cadena de caracteres. Antes del asesinato, el asesino añade esa cadena de caracteres en una donación de una bitcoin o más a la recompensa por la que será su víctima. Cuando un objetivo ha sido asesinado, el responsable puede enviar a Sanjuro el archivo de texto que desencriptará para comprobar que fue enviado antes de que se produjese el asesinato. Si el archivo es válido y predijo correctamente la fecha del asesinato, quien lo envió se considerará el responsable del asesinato según la lógica de Sanjuro, quien se queda el 1% del botín en concepto de comisión por sus servicios.
Este sistema frío y calculador de violencia letal inspira rechazo. Pero Sanjuro afirma que la animadversión de la sociedad no impedirá que el sistema funcione. Y como cuestionable muestra de ética, asegura que solo incluirá objetivos enviados por los usuarios “que ponen en marcha esta fuerza contra otros seres humanos. En concreto, solo contra las personas que están fuera del alcance de la ley, pues el sistema ha sido corrompido, y cuyas víctimas solo pueden vengarse de forma anónima”.
Incluso dejando a un lado la inmoralidad de un asesinato, la donación de bitcoins por una minoría para eliminar a un cargo electo parece un atentado contra la democracia. “Claro, pero para limitar la democracia es por lo que tenemos una constitución”, asegura Sanjuro. “Un respaldo mayoritario no legitima a un líder más de lo que es la esclavitud. Con este mercado las grandes fuerzas ecuánimes del capitalismo tienen la oportunidad de ser aplicadas también a la política. Cada Bitcoin donada es un voto más hacia un veto de cualquier legislación que no te guste”, añade.
Pero en realidad, Sanjuro no es el creador original del concepto de un mercado de asesinatos basado en el crowfunding. La idea nació con el movimiento ciberpunk de mediados de los noventa, cuyos integrantes soñaban con emplear herramientas de cifrado para debilitar al Gobierno y fortalecer a los individuos. El ingeniero de Intel y fundador del Cypherpunk Mailing List, Tim May, argumentó que mensajes secretos indescifrables y una moneda digital irrastreable podría dar lugar a mercados de asesinatos en su Manifiesto Criptoanarquista (Cryptoanarchist’s Manifesto) escrito en 1992.
Unos cuantos años después, otro ingeniero de Intel, Jim Bell, propuso un sistema de fondos para asesinatos mediante donaciones encriptadas y anónimas en un ensayo al que tituló “Política de Asesinato” (Assassination Politics). El sistema que describe cuadra con el desarrollado por Sanjuro teniendo en cuenta que elementos que permiten el anonimato, como las Bitcoins o Tor, eran ciencia ficción en la época.
“Si solo el 0,1% de la población, una persona de cada mil, quisiera donar un dólar para ver a algún canalla del gobierno muerto, supondría una recompensa de 250.000 dólares. Imagina que alguien interesado en esa recompensa puede hacerlo con la certeza matemática de que no sería identificado y que puede recibir el botín sin necesidad de quedar con alguien, o incluso hablar con quien más tarde podría identificarle. Anonimato perfecto y secretismo perfecto. Y eso, combinado con un método sencillo para recoger las contribuciones, convertiría el ser un cargo público una opción realmente peligrosa”, escribió Bell en su ensayo.
Más adelante, Bell sería encarcelado por evasión de impuestos y carga contra un agente federal, siendo puesto en libertad en marzo de 2012. Cuando Greenberg contactó con él por e-mail, negó cualquier tipo de vinculación con el Assassination Market de Sanjuro y rehusó hacer comentarios al respecto.
Sanjuro afirma que conocía la idea de Bell. Decidió ponerla en marcha cuando el pasado verano salió la información sobre la vigilancia ilegítima realizada por la NSA revelada por Edward Snowden. “Fui forzado a cambiar mis felices recuerdos mientras estaba en internet, de cada momento íntimo por teléfono con mis seres queridos, para incluír también a alguna de la gente que más odio poniendo la oreja, analizando la conversación. Fue cuanta inspiración necesité para embarcarme en esto”, asegura Sanjuro. “Después de una semana murmurando ‘deberían morir’ cada vez que abría un periódico o encendía la televisión, decidí que alguien tenía que hacer algo. Esta es mi contribución a la causa”, sentencia.
Assassination Market tampoco es el primer website que relaciona asesinatos con Bitcoins. Otros sites ocultos en Tor con nombres como Quick Kill (Asesinato Rápido), Contract Killer (Asesino a Sueldo) o C’thulhu venden asesinatos a cambio de Bitcoins, aunque es muy posible que se trate de estafas.
¿Cómo estar seguro de que Assassination Market no es también un sistema de fraude similar empleado para robar las bitcoins de otros? “No lo estás” reconoce Sanjuro, pero añade que si fuera una estafa sería una muy compleja y arriesgada, ya que la amenaza de dañar al presidente de los EEUU es un delito muy grave.
“Disfruto de una cómoda, aunque a veces espartana, vida, y la única cosa que realmente me hiere son los crecientes ataques a las libertades. Disfruto de mi día a día y también de mi privacidad. No puedo comprar eso con dinero, así que no lo necesito para eso. No hay nada que quiera más que ver triunfar este proyecto, y para eso necesito políticos muertos”, zanjó Sanjuro.
Si este sistema funciona, el lanzamiento de Assassination Market podría ser intempestuoso para Sanjuro, dada la reciente represión policial contra el lado oscuro de la web. En agosto, el FBI utilizó un exploit en Tor para tirar la página de la firma de alojamiento Freedom Hosting y arrestó a su fundador Eric Eoin Marques, acusado de ofrecer su servicio a webs de pornografía infantil. Además, el mes pasado, el FBI también incautó el mercado negro de drogas por Bitcoins conocido como Silk Road y arrestó a su presunto creador, Ross Ulbritch.
Sanjuro asegura que además de Tor, Bitcoin y las herramientas de cifrado clásicas, tiene “medidas para prevenir la efectividad de ese tipo de arrestos. Pero naturalmente han de permanecer en secreto”.
Añade que, como en la temprana generación de ciberpunks, él ha puesto su fe en la promesa matemática de que la criptografía servirá para debilitar al gobierno. “Con la criptografía el gobierno o cualquier otra firma de protección está obsoleta. Toda actividad puede reducirse a una transferencia de información que estará completamente fuera del alcance del gobierno o de cualquiera a parte de las partes implicadas”, asegura Sanjuro.
“Soy un cripto-anarquista” concluye Sanjuro, para terciar que “tenemos un brillante futuro ante nosotros”.
Publicación original: Negocios.com (19.11.2013)
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